“Amenaza de explosivo 220”

El latido de un corazón vivo oscila entre los 50 y los 100 latidos por minuto.

La frecuencia cardiaca máxima se calcula, simplemente, restándole la edad a 220 latidos por minuto.

Estoy confusa, no sé si son los biológicos, los que me haces sentir cuando me miras fijamente, los que siento cuando te siento dañándome en agridulce o los que se corresponden al tiempo que me falta por vivir para darte los besos que te tengo guardados.

Lo único que se seguro, es que rozo la línea de los 221 cuando el corazón se me sale del sitio, con algunas palabras,

tal vez en algún subterráneo,

pongamos, de escenario por ejemplo,

algún paraje de Madrid.

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